Imágenes de la exposición La ofensiva del polvo de Diego Pérez en el Museo de Arte Carrillo Gil (18 de mayo - 15 de octubre de 2023).
La ofensiva del polvo del artista mexicano Diego Pérez se exhibió en el Museo de Arte Carrillo Gil del 18 de mayo al 15 de octubre de 2023. La exposición, curada por Mauricio Marcin Álvarez, muestra obras producidas por el artista durante las últimas dos décadas (véase https://www.museodeartecarrillogil.com/exposicion/la-ofensiva-del-polvo/).
Diego Pérez comenzó su quehacer en el campo de la fotografía; pero al interactuar con diversas prácticas y técnicas encontró en la multidisciplina el mejor modo de volcar sus intereses. Su trabajo es una construcción ambivalente que muestra la indisoluble relación de mundos que se tocan y dejan de tocarse. De manera continua, el artista pone en primer plano la labor manual; malea la materia para jugar con la frontera que divide mundos: objetoarte, realidad-fantasía, vida-muerte, contemplación-experimentación.
El despliegue de veinte años de trabajo buscó ser una retrospectiva presentada sin orden cronológico que demandó una estrategia de montaje frente al espacio museístico. Las obras expuestas mostraron, queriéndolo o no, diferentes etapas de la trayectoria creativa del artista; como es natural, reflejaron diferentes inquietudes y procesos de su carrera.
Aunado a esto, la composición diversa del cuerpo de las obras expuestas -que son más de cien en distintos soportes matéricos- abona al reto de tejer la narrativa de los diferentes periodos de producción que han interpelado al artista. Al tratar de buscar direcciones de lectura de la exposición misma, hubo momentos en los que el trabajo curatorial fue obtuso: la falta de núcleos temáticos claros, algún orden cronológico o una narrativa interna daban pauta a una experiencia, por momentos, inconexa. Lo anterior se acentuó por situaciones museográficas como la falta de claridad en la relación entre fichas y obras, o la falta de un criterio para conectar la lógica discursiva de aquellas piezas que ameritaron explicación por parte de la curaduría. Los textos explicativos de algunas de las obras se presentaron como universos autónomos que no dialogaban con el resto de la exposición.
No pretendo circunscribir toda la exposición a alguna de las carencias que he mencionado, pero si no encontré alguna pista de lectura concreta en mi visita, ¿qué fue lo que sí pude leer en La ofensiva? Leí espacio y tiempo, vida y muerte, lo perecedero y lo efímero. La ofensiva expone una profusión de intereses temáticos que no están expresamente enunciados, pero que son palpables en el transcurso de la visita. Esta intención se decanta en una suerte de collage de técnicas, que van de la fotografía al environment, y que torna difusa la propuesta concreta de La ofensiva. Quizás este fenómeno puede esclarecerse si recordamos la premisa inicial que expresamente busca mostrar el multiverso que conforma el trabajo del autor. Así, una lectura de la curaduría podría ofrecer el despliegue de las interrogantes del artista y su manera de resolverlas con estilos, materialidades y obras muy distintas entre sí.
En medio de una situación tan plural, ¿qué asideros tenemos para interactuar con la exposición y las obras mismas? Me interesa centrarme en tres aspectos que considero interesantes: la relación arte-vida, el espacio y el movimiento.
Uno de los flujos que atraviesan toda la exposición y las piezas presentadas es precisamente la relación arte-vida. En general hay una tensión que salta a la vista como rasgo característico del artista por mantener una pulsación que apele a la vida y al arte como dos elementos no distantes entre sí. En La ofensiva se encontraban objetos que no dejaban de impeler a una estética y un discurso construidos por el autor, pero que al mismo tiempo aludían a lo cotidiano de la vida; se trataba de objetos tales como libros, bastones, fotografías y plantas.
Imágenes de la exposición La ofensiva del polvo de Diego Pérez en el Museo de Arte Carrillo Gil (18 de mayo - 15 de octubre de 2023).
Otro de los temas recurrentes en las búsquedas de Pérez es el espacio. Las esculturas de carácter arquitectónico a pequeña escala dan cuenta de su interés por las cualidades estéticas de la construcción en proceso, de la obra negra que, en varias de sus piezas, pasa de mostrar un estadío a ser una herramienta discursiva de creación. Parece que el artista se centra en construir espacios geométricos y limpios de adornos para hacer patente la complejidad de la construcción, lo imperfecto de las capas del proceso y lo vívido del mismo.
En la serie de tres fotografías Variación primaria al paisaje retrata un paisaje urbano común en la periferia del área metropolitana de la Ciudad de México. El espacio fotografiado muestra el carácter de obra negra del lugar: es irregular, sin color, sin acabados, dando cuenta nítida de la complejidad del proceso de construcción, pues la obra negra se vuelve un momento en que las entrañas del espacio están a la vista y desnudas de toda configuración acabada.
Por último, me interesa resaltar, entre varios elementos, el movimiento que articula la recepción y participación de los públicos de las obras. Biblioteca de Nezahualcóyotl (2004-2006): se trata de una impresión cromogénica que muestra a un burro que tira un anaquel rodante cargado de libros. El paisaje se muestra árido, pero amigable. Los colores de una imagen estática, entre grises y azules, remiten quizás a cierta paleta melancólica de un lugar rural que no se precisa. Por otro lado, Museo es una pieza escultórica de estructura limpia y clara que remite a las salas de un museo de arte contemporáneo. Al centro de cada sala está ubicada una miniatura de una obra de arte de una corriente artística y temporalidad diferentes; estas obras están hechas en terrazo claro y fungen también como un juego símil al pinball, con la diferencia de que el objeto que realiza la trayectoria es un trompo de madera que, al accionarse, debe completar el trayecto predeterminado por los pasillos del museo-tablero.
El movimiento de la relación proceso-objeto se comparte con el púbico de diferentes maneras. Por un lado, Biblioteca es una pieza fija que no evoca movimiento en la exposición: lo contiene al ser resultado del proceso de recolección y construcción que, a lo largo de dos años, el artista llevó a cabo en el municipio del Estado de México con el fin de reivindicar a Nezahualcóyotl, Tlatoani de Texcoco, de quien se dice que poseía la biblioteca más grande de Mesoamérica. En este proceso el público no es partícipe sino espectador; hay un límite formal que separa a quienes se acercan a la pieza. En la otra obra, la interacción y el movimiento son diferentes, pues entre la pieza y el público se sugiere una dinámica lúdica con la obra. Pérez hace una muestra de la reversibilidad operativa de un mismo proceso a través de ambas obras, pero juega con ella a lo largo de su práctica artística.
Finalmente, observé como rasgos característicos del propio artista la importancia del acto de construir manualmente y su atención detallada a las cualidades de los materiales que acuerpan su obra dándole forma y posibilidad. De Diego Pérez se habló poco a nivel individual, pero es claro que hay una búsqueda por la concreción de las ideas, la manualidad de los objetos y el ensamble de los procesos. Su propuesta es clara, pues, como él mismo asienta: más subjetividad, menos objeto.